viernes, 1 de junio de 2012

El turismo en Cullera.

EL NEGOCIO DEL TURISMO Y SU ESTRATEGIA EN CULLERA. Los primeros años de mi vida allá por los sesenta, en Cullera, pueblo en aquellos tiempos mayoritariamente ganadero, pesquero y agrícola, los recuerdo como un sueño. Inviernos fríos y húmedos, veranos calurosos de pantalón corto, casas bajas, calles sin asfaltar, zonas de juego que hoy en día han desaparecido, coches inexistentes, mucho ganado, muchos caballos y casco urbano muy reducido. San Antonio eran las tres calles en la falda de la montaña, la carretera de subida al castillo no existía (se subía por un sendero a través de la montaña por la calle Progreso), la carretera del Faro era un camino sinuoso aunque asfaltado donde dos coches se cruzaban con dificultad, la Bega solo llegaba hasta la actual Diagonal que era el final del pueblo, el puerto estaba aislado y se accedía por la calle Pescadores, todo el trafico pasaba por la calle Cervantes y la Torre, de dos sentidos, por la plaza del hospital y el puente de Hierro pasaba la carretera nacional. Aunque mi madre era rabalera, de pequeño, creo que nunca estuve por allí. Recuerdo los años sesenta con pasión, viendo poco a poco este pueblo prosperar y avanzar hacia un modelo de turismo moderno, impresionante y atrevido. La playa se llenaba de bikinis que hacían nuestras delicias. Nosotros los más pequeños veíamos a los mayores disfrutar de días de sol, arena, chiringuitos, paellas, cerveza y chicas. Esto iba muy de prisa. Dicho modelo nos superaba, música, recreativos, Camilo Sesto, Bruno lomas, rock n roll y felicidad absoluta. Cullera en los años sesenta creció y prosperó muy deprisa y cada verano que pasábamos, aprendíamos cosas y formas de vida nuevas traídas e inculcadas por el turista. Cullera llegó a tener cerca de 12 discotecas para ocio y ligue de las turistas. Las canciones del verano sonaban a toda caña. Llegaron los primeros supermercados (Paco’s y Madrid-valencia entre otros). Pasaron unos cuantos años más y yo y mis amigos crecimos para llegar a adolescentes, cruzando los setenta. Llegamos a los ochenta siendo hora de casarnos. Todos lo conseguimos recordando los veranos tan maravillosos que pasábamos y que sabíamos que a partir de ahora muchas cosas nos serian prohibidas. Pasando los noventa, nuestro modelo de turismo, moderno y puntero, se volvió obsoleto y decadente. Empezaron a cerrar discotecas desbordadas por tipos de ocio diferentes. Llegaron también a Cullera la moda de las drogas duras que nos pilló a todos sin información clara de lo que era eso. Desgraciadamente una vez enganchado, a más de un chaval le amargó la vida hasta límites de quitársela. El pueblo en su zona playera había crecido con edificios gigantes que incluían dentro de su cerco club social, piscina, supermercado, tenis, gimnasio. La gente ya no salía tanto y Cullera, poco a poco se convertía en ciudad de vacaciones, dormitorio y descanso solo para tapeo, paella y siesta. Donde muchos pueblos vecinos caminaban hacia un nuevo modelo de turismo, Cullera debido a la ignorancia, topetia y conservadurismo de sus políticos, se quedaba con su antiguo modelo de pisos de verano en alquiler. Después de recordar esos maravillosos años, volvemos al presente. Las comparaciones son odiosas y no lo vamos a hacer con una ciudad como Gandía, pero si con Benidorm, Oliva, Calpe, o Altea que incluso empezaron mas tarde que Cullera y donde allá, por los años cincuenta, eran meros pueblos que vivían de la agricultura o de la pesca igual que Cullera. Hoy en día la bestia de Benidorm alberga 220 hoteles, 6 parques temáticos, palacio de congresos y una infraestructura gastronomica muy cuidada y muy vigilada destinada principalmente a turismo extranjero. Le sigue Calpe con cerca de 80 establecimientos hoteleros, Denia con 55 y Gandía con 40. El resto es muy inferior, Altea, Oliva y Javea ocupan 18 establecimientos cada uno y, por ultimo, llegamos nosotros con 16 llamados hoteles donde 3 son pensiones, 7 de una y dos estrellas, 4 de tres estrellas y solo 3 de cuatro estrellas que ya no está mal. Desde que en Cullera está gobernando la derecha rancia y conservadora de la mano del gran jefe Sanjuán dando preferentemente licencias para edificios pensando en un modelo de turismo de comprador de pisos y no en establecimientos hoteleros. La gente en su gran mayoría no viene a comprar viviendas sino a pasar 10 o 15 días en hotel todo gastos pagados y divertirse según edades. El abanico de ocio según dichas edades en Cullera es totalmente inexistente. Donde en los años dorados había 15 discotecas, hoy en día solo perdura una y donde las calles Barcelona y Madrid eran el centro de ocio treinta añero con más de 20 “pafetos” hoy en día solo quedan 7 o 8 dominados por el “Emporio Piqueras”, beneficiándose de su condición de concejal y que divulgaremos en otro momento. Solo nos hemos beneficiado, creciendo como setas, los establecimientos de consumo alimenticio como Eroski, Día, Vidal, Lidl, Aldí, Consúm (2), Mercadona (2). Donde otros pueblos y ciudades cercanas han sabido fomentar y mantener el turismo joven, que es el que gasta, nosotros (en realidad nuestra policía local, mandada por el pequeño dictador) nos dedicábamos a denunciar noche tras noche los “pafetos” molestos en ruidos y escándalos obligándoles así a largo plazo a pensar seriamente en cerrar, para que un centenar de viejos retrogradas pudieran dormir y descansar su jubilación. En conclusión, nuestros pueblos limítrofes amigos, siguen con su política de turismo moderno, renovador y puntero, aportando dinero e infraestructuras nuevas, nosotros seguimos fomentando el descanso y la tranquilidad de nuestro pueblo hacia gente de la tercera edad que no gasta “ni pa tabaco”. Tengo una anécdota, por los años 70 con unos amigos fuimos a pasar un fin de semana a Benidorm, pensando desconectar un poco de Cullera. Yo personalmente no estaba muy convencido creyendo que salir de una ciudad turística para meternos en otra, seria una experiencia nula. Cual fue mi sorpresa conocer un Benidorm barato, acogedor, moderno y con mucha infraestructura hotelera, gastronómica y de ocio. Después de una buena cena nos fuimos a primera línea de playa donde nos sentamos en la terraza de un pub muy conocido. En aquellos tiempos la moda era sacar unos bafles enormes en la terraza y darle caña a la música bacalao. Serian cerca de la una de la madrugada y la música no bajaba de volumen. Aquello se llenó de gente y el ambientazo era enorme. Pasando de la una y media, yo estaba un poco preocupado por el escándalo de sonido que todo esto generaba pensando “que morro tienen, veras que pronto llega la policía y les hace bajar la música”. Ni llegó la policía ni bajaron la música en ninguno de los locales adjacentes. Atónito, le pregunté al camarero si no tenían problemas con los vecinos y la policía y me contesto textualmente: “Esta es la zona de marcha de Benidorm y nadie nos puede decir nada. El que quiera descanso que se vaya a otra zona u otro pueblo. Tenemos el beneplácito del ayuntamiento.” No supe que contestar por vergüenza y seguimos bailando, disfrutando y bebiendo. Esto ya no tiene vuelta atrás. Hemos perdido el tren. Por culpa de unas decisiones mal tomadas de un equipo de gobierno anticuado y retrograda todos asumimos las consecuencias de un pueblo que fue pionero en su día del mejor turismo de toda la costa valenciana y que ahora se tiene que conformar con impuestos cada vez más caros por, también la incompetencia económica de este equipo de gobierno, lo que fomentará que no vengan ni las “panderolas” por lo caro que se están poniendo las cosas por aquí, teniendo pueblos no muy lejanos donde uno puede ir de vacaciones en hotel por cuatro duros, perdón por cuatro euros. Cullera solo puede ofrecer pisos vacios, sol, mar y arena, paseos marítimos, cervecita y descanso cuando el sector reclama más ayudas y facilidades para más tipos de ocio turístico como montaña, naturaleza, arquitectura, arte, cultura, gastronomía e innovación. En culleradetots pensamos que el actual equipo de gobierno está demasiado tiempo en el gobierno para cambiar las ideas y renovar el sector turístico. Hasta que esto no cambie, no tendremos ninguna mejora. Un saludo. Os remito a una dirección web donde podéis bajaros un articulo sobre “las consideraciones estratégicas para la reestructuración turística de un destino maduro: El caso de Cullera” articulo escrito por David Giner en un seminario internacional de la Universidad de Alicante. Interesados por el tema, leerlo por ser muy interesante: http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/20516/1/Seminario_Renovestur_04.pdf

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