jueves, 14 de junio de 2012

Alcalde, profesión de riesgo.

Todo el mundo en el pueblo, durante estos últimos días, habla de lo mismo en cualquier bar, cualquier cola de supermercado, cualquier panadería. El lunes saltaba la noticia, el titular del Diario Levante, era: “Piden dos años de cárcel para el alcalde de Cullera por permitir el exceso de ruido de tres ´pubs´. El fiscal acusa a Sanjuán de un delito de prevaricación medioambiental y reclama una condena de 8 años de inhabilitación para empleo o cargo público.” Otro titular del Diario el País, esta vez a nivel nacional, decía: “El alcalde de Cullera se enfrenta a cárcel por permitir ruidos en pubs. El fiscal cree que consintió que los locales rebasaran los decibelios legales.” ¿Que paso ahí? Recordareis los cortes de carretera y las manifestaciones de los cuatro individuos que tienen piso en esa zona de pubs en la calle Barcelona. Repasemos la historia que muchos conocemos: Todos sabemos lo que es un “pafeto”. Allá por los años 80 con el declive de las discotecas donde se pagaba entrada con derecho a consumición, hubo gente lista que pensó abrir en paralelo, locales con barra y pista diminuta al lado de un habitáculo de metro por metro donde el mismo dueño o camarero de turno no paraba de pinchar discos con música del momento a toda caña, recreado por cuatro luces rojas y azules. Creo recordar que el primero en abrir en la calle Barcelona fue el Chelsea, inaugurado en el invierno del 77, por los hermanos Bonet. En nuestra zona turística fue tal éxito que agilizo la caída de las caras discotecas. Aquello se llenó de locales de diversa temática pero siempre con la barra a tope, por ser el cubata muy económico, y siempre servido por niñas de buen ver, sin que faltara tampoco la música a toda caña. La calle Barcelona fue insuficiente y muchos propietarios ante el éxito de la formula y la abundancia económica siguieron ampliando la zona por la calle Madrid y su travesía, calle Algemesí. Aquello era un hervidero de gente de todas edades. En temporada de invierno, los fines de semana eran frecuentados por gente del pueblo. Pero, en verano por ser época de calor y tener la gente en los apartamentos todas las ventanas abiertas, todo esto generaba gritos, escándalos, peleas gordas, roturas de vasos de cristal (hasta que obligaron a servir en vasos de plástico), destroza de material urbano y más y más follones. Prohibieron y quitaron las terrazas, obligaron a doble puerta de salida, no solucionando mucho el problema. La gente de los apartamentos harta de tanta permisividad después de muchas y muchas denuncias y controles de ruido, decidieron acudir a la justicia, allá por el año 2007 y después de 15 años de ninguneo, ven sus peticiones atendidas. Habrá juicio y multas, ¡seguro! Y volvemos a preguntar ¿Qué es lo que ha pasado ahí? Aunque la opinión de la oposición de este municipio, divulgada en la prensa local, sea muy light, el señor Mayor, líder de Socialistes de Cullera, dice: “Hay que ser muy cauto… Nos atenemos a la presunción de inocencia” y el señor Manuel de Compromís solo piensa en pedir la dimisión, nuestra opinión es pensar en otro chanchullo de nuestro queridísimo alcalde apoyando y ayudando a sus amiguitos del alma durante muchos años aprovechándose de su condición de numero uno. Seguro que las denuncias iban a la papelera hasta que toparon con un duro hueso que movilizó todo el vecindario y denunciaron a la justicia ordinaria todo el problema. Nosotros en Culleradetots nunca hemos estado a favor de este alcalde por su condición de prepotente, tampoco estamos de parte de cuatro extracomunitarios queriendo dirigir nuestro pueblo pero el chollo económico de las calles Barcelona y Madrid, hubiera podido servir para cambiar la zona de ocio en otro sitio donde no se moleste a casi nadie. Este alcalde lo intentó con fracaso rotundo y de momento en esa zona caliente ya no existen más locales de ocio, habiendo pasado a otra zona más tranquila,en los bajos del edificio Torres de San Antonio, donde molestan menos. Esperemos que el primer trabajo del próximo alcalde de Cullera sea devolver a la vida una zona de ocio para Cullera donde todos los empresarios del gremio tengan cabida y no solo unos cuantos como antaño y contentar a todos los turistas, unos para que puedan divertirse y gastarse el dinero que es en realidad lo que interesa y otros que puedan venir a descansar. Por eso deseamos, sin que vaya a la cárcel, que lo inhabiliten para el resto de sus días y que se vaya a tomar el sol al lado de su amigo de partido Zaplana. Gracias por leernos. Un saludo.

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